Traumas o duelos – Psicólogo infantil Cartagena

Traumas

Los traumas infantiles se generan por una vivencia dolorosa que impacta en el equilibrio emocional del niño.

Algunas situaciones que pueden provocar un trauma infantil:

  • Violencia y/o acoso en el hogar o en el colegio.
  • Abusos sexuales y/o físicos.
  • Malos tratos.
  • Experiencias con desastres naturales como terremotos, fuego, inundaciones, etc.
  • Haber visto o estado inmerso en accidentes graves, o situaciones duras.
  • Problemas médicos.
  • Muerte o desaparición de un ser cercano.
  • Hechos relativamente insignificantes para un adulto pero que un niño percibe grave.
  • Otros.

Algunos síntomas de sufrir algún trauma durante la infancia son:

  • Cambio de carácter. Enfado. Irritabilidad.
  • Tristeza y desesperanza.
  • Confusión y dificultades para concentrarse.
  • Ansiedad y nerviosismo.
  • Miedos
  • Bajo rendimiento escolar.
  • Quiere pasar desapercibido ante personas y situaciones.
  • Insomnio, pesadillas o dificultades para dormir.

Cada niño vive los acontecimientos de diferente manera, pero podemos señalar algunas razones/causas por las que una de sus vivencias puede convertirse en un hecho traumático:

  • Le ha llegado por sorpresa y representa un shock.
  • No estaba preparado para vivirlo.
  • Se ha sentido débil y desprotegido al no poder afrontarlo.
  • Ha ocurrido en repetidas ocasiones.
  • Etc.

En definitiva, los niños tienen menos herramientas emocionales y de todo tipo para afrontar situaciones, lo que les provoca una indefensión difícil de asumir, es necesario dotar al niño de seguridad y confianza para analizar el hecho desencadenante y desmontarle para que no sea temido.

Duelo

La muerte de un ser querido, forma parte de nuestras vidas independientemente de la edad que tengamos. Muchos niños sufren la pérdida de sus abuelos, tíos u otros familiares más cercanos como padres o hermanos. También el cambio de casa, colegio, muerte de una mascota o separación de los padres son situaciones de duelo para los más pequeños. Los adultos, ya sean padres, familiares o profesores, no pueden proteger a los menores de las pérdidas, ni evitar el dolor que los niños sienten, pero si pueden ayudar a los pequeños a vivir el duelo de una manera más adecuada.

Para cualquier persona, la pérdida de un ser querido es una situación difícil, pero para los niños lo es especialmente. Los niños son dependientes física y emocionalmente de sus figuras de apego y durante los primeros años de vida necesitan a los adultos para sobrevivir. Para ellos la perdida de una figura cercana es una pérdida a nivel vincular, afectiva, de cuidados, de una fuente de protección, seguridad, etc.

Además, según la edad del menor, debido a que su desarrollo cognitivo-afectivo no es completo, los niños pueden experimentar dificultades para comprender adecuadamente lo sucedido.

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