EL DUELO AMOROSO
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EL DUELO AMOROSO

Desde nuestro departamento de terapia de pareja en Cartagena, queremos hablaros hoy del sufrido pero poco conocido duelo amoroso.

Cuando una relación amorosa se termina, el dolor que produce es comparable al duelo por el fallecimiento de una persona querida, con el agravante de que saber que la persona que queremos va a hacer su vida y no va a estar a nuestro lado. ¿La persona a la que queremos?… sí, porque aunque hayamos sido nosotros los que hemos decidido romper con nuestra pareja, lo vamos a pasar mal durante un tiempo, ya que en una relación todo no ha sido malo. Dejamos la relación no porque hayamos dejado de querer, eso no ocurre de la noche a la mañana, decidimos romper con una persona porque esa relación no nos conviene. Todo no ha sido malo, pero las cosas buenas no tapan las malas.

Hayamos dejado o nos hayan dejado, vamos a pasar por unas etapas de reajuste emocional tras la ruptura. Estas etapas no son lineales, se van solapando, y si se superan correctamente nos llevaran hasta la aceptación.

Las fases del duelo amoroso son las siguientes:

  1. NEGACIÓN Y AISLAMIENTO: no nos creemos los que ha ocurrido, tendemos a estar solos y no querer ver a nadie. Para superar esta etapa es bueno que busquemos soporte emocional.
  2. IRA: nos enfadamos con la otra persona, distorsionamos la realidad y tendemos a echarle la culpa de lo ocurrido. Un peligro de esta etapa es culpabilizarnos a nosotros mismos, echarnos la culpa de lo ocurrido y que nuestro dialogo interno sea devastador, convirtiéndonos en nuestro peor enemigo.
  3. NEGOCIACIÓN: Tratamos de hacer cualquier cosa por acercarnos de nuevo a la otra persona, creemos que aún hay esperanza para recuperarlo. El amor y las drogas utilizan los mismos circuitos neuronales, por lo que al principio es necesario no tener contacto con la otra persona para evitar recaídas y poder ir superando las fases. Aunque como en todo proceso adictivo las recaídas son normales. El cuerpo poco a poco se va adaptando al cambio y es posible volver a la normalidad.
  4. TRISTEZA: el miedo a la soledad, a que no nos vuelva a querer, a que no volvamos a enamorarnos. Tenemos que aprender a abrazar nuestra tristeza a amar nuestra soledad
  5. ACEPTACIÓN: en esta fase somos capaces de visualizar nuestro futuro, aceptar que la relación se ha acabado, no buscamos estar con la otra persona y nos sentimos preparado para conocer a otra persona e iniciar nuevas relaciones. Esta fase puede requerir unos meses o incluso unos años. Para llegar a ella debemos rodearnos de amistades sinceras y apoyarnos en nuestra familia.

¿CUÁNDO PEDIR AYUDA?

Cuando hemos tenido relaciones de dependencia emocional, tenemos baja autoestima y pocas habilidades sociales, nuestra recuperación será más lenta,  y vamos a necesitar ayuda profesional para superar el duelo amoroso. La persona dependiente se queda estancada en la negación y la negociación. Su reacción afectiva es lenta, se aferra a la idea de que aún queda algo vivo y se niega a dar por terminada la relación. Pasan gran parte del día pensando en la otra persona y están obsesionadas por saber qué hace el otro.

El dolor emocional que está situación les produce puede ser más fuerte que el dolor físico. Podemos caer en la búsqueda de relaciones efímeras, que solo nos proporciones escucha y sexo, que nos brindan consuelo a corto plazo, pero que a la larga nos agregan más inestabilidad emocional.

Necesitamos ayuda para adquirir creencias más realistas sobre las relaciones de pareja, mejorar las habilidades de relación con los demás y aprender a querernos a nosotros mismos. El sufrimiento y el dolor que causa la ruptura será constructivo, nos dará fuerza interior, se transformará en confianza y seguridad para poder seguir arriesgándonos a vivir y a amar.

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