Pautas para hacer amigos
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Pautas para hacer amigos

Desde nuestra clínica de psicólogos en Cartagena queremos hablaros acerca de distintas pautas para hacer amigos.

Los seres humanos somos seres sociales, es decir, que necesitamos relacionarnos con otras personas para nuestro correcto desarrollo. Cuando nacemos establecemos relación con nuestros padres, quienes tratan de satisfacer nuestras necesidades y serán nuestros principales referentes hasta la adolescencia, donde el grupo de amigos pasa a ser el principal referente y objetivo.

¿Cómo hacer amigos?

Como hemos visto, a partir de la adolescencia el grupo de amigos pasa a ser la principal figura de apoyo, ayudando no solo a nuestra interacción con el exterior, sino también favoreciendo a nuestro estado emocional, nuestra autoestima y nuestro autoconcepto. Se establece una relación de confianza, de compartir preocupaciones con personas que están teniendo vivencias similares a las nuestras.

Pero no siempre es sencillo saber hacer amigos; aunque a algunos no les cueste ningún esfuerzo, los individuos con tendencia a la introversión o a la timidez pueden ver en ello un reto difícil. Así pues… ¿Qué hacer para saber cómo hacer amistades nuevas?

1. Practica habilidades de comunicación

La comunicación es fundamental; debemos comunicarnos con la otra persona y hacerlo de forma adecuada para no dar lugar a malentendidos. En ocasiones, para evitar situaciones tensas o incómodas, intentamos dejar de transmitir información de nosotros mismos a la otra persona ante algo que nos ha sentado mal. Esta deducción sólo hará que a la larga la situación pueda empeorar, ya que el no hablar las cosas hace que estas se puedan repetir y dar lugar a conflictos que podríamos solucionar si nos comunicamos.

Asimismo, trata de utilizar una comunicación asertiva, que se caracteriza por defender nuestros propios derechos y comunicar nuestros sentimientos pero respetando a la otra persona. De esta manera, es menos probable que la otra persona se lo tome como un ataque y así podáis hablar de lo sucedido y ponerle solución. Aprender a decir que “no” es clave para mantener amistades saludables.

2. Aprovecha los espacios de Internet creado para personas con aficiones en común

En la era digital, es muy fácil encontrar gente con nuestras mismas inquietudes, aficiones, gustos artísticos, etc. No dejes escapar el potencial de los foros, de los grupos de debate, de las colaboraciones online, etc. Eso sí, mejor que te centres en aquellos espacios que te permitan desvirtualizar a esas personas quedando cara a cara de vez en cuando.

3. Acércate a hablar

La predisposición es muy importante. Si decidimos apuntarnos a un grupo para realizar alguna actividad, que no nos dé reparo el acercarnos a hablar con otras personas. Al final, este tipo de grupo tienen como intención reunir a gente y poder así conocer a personas con gustos similares, es un modo de socializar, y mantener una mentalidad abierta a las nuevas amistades forma parte de las expectativas en las que se asientan esa clase de actividades. No le des tantas vueltas y lánzate: puedes iniciar la conversación preguntando por hechos del presente, de la actividad que realizáis, y así poder avanzar y poco a poco conoceros más.

4. Trabaja tus inseguridades

Todos tenemos inseguridades, sobre todo en áreas donde vemos que nos cuesta más, tenemos menos dominio. Es normal que si notas que te cuesta establecer amistades o es una de las cuestiones que te cuesta más controlar o afrontar, te sientas inseguro/a. La situación de pasividad genera más pasividad, es decir, si nos encerramos en nosotros mismos cada vez nos costará más actuar y mostrar predisposición para conocer, produciéndonos mayor inseguridad y sensación de no saber o no poder afrontar situaciones sociales. Para lograr superar ese malestar, hay que ir afrontándolo gradualmente, no huir de él.

Las cosas suelen ser más sencillas de lo que a veces nos planteamos, y realmente te das cuenta de que todo lo que te causaba inseguridad no es tan horrible o no tiene la importancia que le dabas.

5. No seas tan duro contigo mismo

Suele suceder que cuando nos juzgamos a nosotros mismos somos más duros que cuando juzgamos a otros; es decir, somos más autoexigentes, nos fijamos en nuestros rasgos negativos o que no nos gustan, sin dar la misma importancia a los mismos rasgos imperfectos presentes también en otras personas.

Para disminuir esta visión negativa de uno mismo, y tratar de ser más objetivo cuando nos juzgamos, podemos tratar de valorar los mismos rasgos si los mostrara otra persona; pensar cómo actuaríamos si alguien como nosotros se nos acerca. Nos daremos cuenta de que realmente a lo que le estamos otorgando tanta importancia no la tiene y ni nosotros mismos se la damos cuando lo muestra otro sujeto.

6. Mantén una actitud abierta a las nuevas experiencias

Es importante poner de nuestra parte para tratar de integrarnos. Eso sí, integrarnos no quiere decir cambiar nuestro modo de ser o comportarnos, sino hacer por amoldarnos.

Sobre todo si queremos entrar en un grupo, no podemos pretender modificar el estilo de actuar de ese conjunto de personas. Debemos procurar adaptarnos a su modo de hacer, siempre que nos guste y nos sintamos cómodos con ello. Al final, en cualquier relación de amistad es fundamental que haya un equilibrio entre ambos miembros, que ambos puedan expresarse y sentirse escuchados.

 

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